Acuérdate de Jesucristo… resucitado de los
muertos… 2 Timoteo 2:8
En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:1
En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:1
Cuando el Titanic naufragó,
en el año 1912, los pasajeros de primera clase fueron muy privilegiados a la
hora de acceder a los botes salvavidas y a los servicios de tripulación. Los más
ricos habían pagado su billete cien
veces más caro que los que viajaban en
tercera clase.
Dios actúa completamente diferente, pues no hace ninguna
diferencia entre los hombres. Rico o pobre, joven o viejo, sea cual sea el color
de la piel o el origen social, cada ser humano fue creado por él. Y Dios quiere
salvar de la condenación eterna a todos los hombres. Por eso envió a su Hijo
Jesucristo, para que cumpliese la obra de la cruz.
Aún hoy ofrece su
maravillosa gracia. ¡Suba al bote salvavidas de Dios! Crea en el Señor Jesús y
confiésele sus pecados. Este único medio de salvación está a disposición de
todos. Dios ofrece un lugar a todos los que quieran venir; pero es necesario que
cada uno lo acepte personalmente, es decir, que reconozca la necesidad de ser
salvo de sus pecados y los confiese.
La Biblia declara que quien cree en
Jesucristo “no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Entonces para él empieza la vida eterna junto a Dios. “Cristo murió por
nosotros” (Romanos 5:8).
Él es el único “autor de eterna salvación para todos
los que le obedecen” (Hebreos 5:9). Después de la muerte no podremos volvernos a
Dios.
¡Reciba hoy esa salvación gratuita que el Dios de amor le ofrece
mediante su Palabra!
FUENTE: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
FUENTE: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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