domingo, 27 de abril de 2014

El Caballo en el pozo




Un hacendado que trabajaba con muchas dificultades, tenía algunos caballos para ayudar en los trabajos de su hacienda. Un día, su capataz vino con la noticia de que uno de los caballos se había caído en un pozo abandonado. El hacendado fue rápidamente al lugar del accidente, evaluó la situación y comprobó que el animal no había sufrido daños graves. Pero, por la dificultad y el alto costo para retirarlo del fondo del pozo, creyó que no valdría la pena invertir en una operación de rescate.
Entonces tomó una decisión difícil: ordenó al capataz que sacrificara el animal, arrojando tierra dentro del pozo hasta que quedara enterrado, allí mismo.
Y así se hizo: los empleados, al mando del capataz, comenzaron a arrojar tierra dentro del hoyo, de modo que el caballo quedara cubierto.

martes, 22 de abril de 2014

DECLARA LO BUENO

En medio de nuestras circunstancia, al igual que Ezequías (Isaías 38:9-22), no sólo perdemos perspectivas sino que además nos sumimos en la desesperación y comenzamos a declarar lo malo, atrayendo sobre nosotros todo aquello que no queremos, y lo repetimos tanto lo que hacemos que se vuelve realidad en nuestra vida. A veces escuchamos: “Nunca sanaré de esto”, “No creo que me vaya bien”, “Seguramente nací por equivocación”, y otras declaraciones más. Esas son declaraciones negativas para la vida de cualquiera. La primera lección de vida de un creyente es entender Que Dios nunca lo abandona. Pase lo que pase, Él siempre está con usted. Lo que ocurre es que la sensibilidad de su presencia la vamos perdiendo al encargarnos de atraer lo malo hacia nosotros, en lugar de proclamar todo lo mejor.