Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en
vano se afana. Salmo 39:6
(Jesús
dijo:) Venid a mí… y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Esta palabra
se impuso en el lenguaje común debido a las nuevas técnicas llamadas digitales.
Cada vez encontramos más imágenes de síntesis. El mundo virtual también ha
invadido la cultura de nuestros hijos.
Los videojuegos ponen en escena
personajes y fondos fantásticos que pueden desorientar a los jóvenes más
débiles, pues corren el riesgo de no diferenciar más entre el mundo real y el
ficticio.
Claro que el mundo virtual permite escapar por un momento a la
realidad presente. Algunos incluso se refugian en él porque desean cambiar la
monotonía del día a día. ¿Existe una realidad feliz? «¡No!» parecen responder
los creadores de un mundo virtual, lleno de violencia y muerte la mayoría de las
veces; por ello venden la evasión de los problemas y la monotonía a través de
sus juegos.
Sin embargo la Biblia, la Palabra de Dios, propone a cada uno la
verdadera felicidad. No una escapatoria que se evaporará justo después de que
haya apagado su pantalla, sino el Evangelio de la gracia de Dios. Éste no es una
simple ilusión, sino una realidad eterna.
El Evangelio tampoco es un artificio
exterior, sino que produce efectivamente un trabajo interior en la conciencia y
el corazón de aquel que, al aceptarlo, cree en Jesucristo mismo.
Nuestro
mundo invadido por lo virtual se acomoda fácilmente con las apariencias. ¿Conoce
usted la realidad y la seguridad que Dios propone a cada uno, es decir, la de
ser hijo de Dios? (Juan 1:12).
FUENTE:© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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