En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis. Isaías 30:15
Tecnologías,
informaciones, productos, ¡todo cambia cada vez más rápido! Y cada uno está
preocupado, temiendo que no consiga seguir adelante. Los directores de empresas
repiten sin cesar: ¡Muévanse, cambien de visión, vayan más lejos, sean
creativos!
Ante esta precipitación, nos preguntamos hasta dónde llegará esta carrera desenfrenada. ¿Podemos «avanzar» siempre sin saber hacia dónde vamos, sintiendo cada vez más los aspectos negativos de un «progreso» tan alabado?
Nadie puede detener esta «huida hacia adelante», a la cual nos
estamos arrastrando unos a otros. Claro que Dios intervendrá más tarde para
juzgar al mundo (Hechos 17:31), por eso hoy dice a todos los hombres: “Venid a
mí… y vivirá vuestra alma” (Isaías 55:3).
Pero la respuesta es personal: “Mas el
que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal”
(Proverbios 1:33).
Tengo que detenerme y tomar tiempo para escuchar a Dios y
leer su Palabra. Fue él quien dio el primer paso y llama todavía a la puerta de
mi corazón. Necesito tener momentos de tranquilidad y silencio para acercarme al
Padre que ve en lo secreto (Mateo 6:6).
¿Le responderá usted con una oración
sincera? ¿Recibirá a Jesús en su vida?
“Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
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