Usted es
joven, rebosa de energía y tiene la cabeza llena de proyectos. ¡Ese es el
privilegio y la riqueza de la juventud, pero a esos proyectos hay que agregar
una dimensión que sobrepasa los aspectos puramente materialistas!
Un cristiano preguntó a un estudiante:
–¿Qué proyectos tienes para el futuro?
–Espero estudiar derecho.
–¿Y luego?
–Me gustaría casarme, fundar una familia y tener una estabilidad laboral.
–¿Y luego?
–Espero ganar mucho dinero, jubilarme temprano y dedicarme a recorrer el mundo, que es algo con lo que siempre he soñado.
–¿Y luego?
–Ya está; no tengo más proyectos.
El cristiano dijo:
–Joven, tus proyectos sólo cubren unos 75 años, 100 como máximo, y pueden ser destruidos en un instante. Haz proyectos bastante grandes para incluir a Dios y suficientemente vastos para abarcar la eternidad.
Dios, la eternidad… Hasta hoy quizás estas cosas no le hayan preocupado.
El Dios “que habita la eternidad” (Isaías 57:15) tiene proyectos para usted, no sólo para esta tierra, sino para la eternidad, a fin de darle “vida eterna” (Juan 5:24).
Lea la Biblia. Aprenderá que Dios se acercó a usted en la persona de su Hijo Jesucristo. Depositando en él su confianza, usted entrará en lo que Dios ha preparado para el que “en él espera” (Isaías 64:4).
¡Entonces sus proyectos tomarán otra dimensión!
Un cristiano preguntó a un estudiante:
–¿Qué proyectos tienes para el futuro?
–Espero estudiar derecho.
–¿Y luego?
–Me gustaría casarme, fundar una familia y tener una estabilidad laboral.
–¿Y luego?
–Espero ganar mucho dinero, jubilarme temprano y dedicarme a recorrer el mundo, que es algo con lo que siempre he soñado.
–¿Y luego?
–Ya está; no tengo más proyectos.
El cristiano dijo:
–Joven, tus proyectos sólo cubren unos 75 años, 100 como máximo, y pueden ser destruidos en un instante. Haz proyectos bastante grandes para incluir a Dios y suficientemente vastos para abarcar la eternidad.
Dios, la eternidad… Hasta hoy quizás estas cosas no le hayan preocupado.
El Dios “que habita la eternidad” (Isaías 57:15) tiene proyectos para usted, no sólo para esta tierra, sino para la eternidad, a fin de darle “vida eterna” (Juan 5:24).
Lea la Biblia. Aprenderá que Dios se acercó a usted en la persona de su Hijo Jesucristo. Depositando en él su confianza, usted entrará en lo que Dios ha preparado para el que “en él espera” (Isaías 64:4).
¡Entonces sus proyectos tomarán otra dimensión!
FUENTE: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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