Agradó a Dios salvar a los creyentes… nosotros predicamos a Cristo crucificado… Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 1 Corintios 1:21-24
Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y… resucitó al tercer día. 1Corintios 15:3-4
Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y… resucitó al tercer día. 1Corintios 15:3-4
Eso me hace pensar en lo que mi Salvador hizo por mí. Sufrió en la cruz para la salvación de los hombres, y al final dijo: “Consumado es” (Juan 19:30). Dios mismo dio la seguridad de su perfecta satisfacción al resucitarlo de entre los muertos.
¿Eso quiere decir que todos los hombres serán salvos? ¡No! Todos están invitados, pero muchos rechazan la invitación.
El cheque está bien
extendido: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna” (Juan 3:16).
Pero hay que «endosarlo», es decir, creer lo
que Dios dice en su Palabra. Por medio de nuestra «firma», nuestra
aceptación personal, reconocemos humildemente que somos uno de esos
«todo aquel», uno de esos perdidos que creen en el sacrificio de Cristo,
y que, por consiguiente, poseen la vida eterna.
Todavía hoy, querido amigo, nos es presentada la oferta de la vida eterna.
¡Eche mano de ella mientras aún hay tiempo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario