Parte 1
“SÉ DILIGENTE EN CONOCER EL ESTADO DE TUS OVEJAS…” (Proverbios 27:23)
Las ovejas y las vacas necesitan cuidados distintos. Las ovejas requieren mucha más atención, y límites para su propia protección y para evitar pérdidas al dueño en caso de que un lobo las devore o se caigan por un precipicio. Las vacas, por el contrario, sólo necesitan un buen campo de hierba para rumiar y se las puede dejar solas.
¿Qué queremos decir con esto?
Que para poder llevar a cabo tus ideales, tienes que “conocer” a las personas con quienes trabajas. Ya sea un socio, el dueño de la empresa, ya sean los jefes o los compañeros, los clientes o los electores, los usuarios o los detractores, hay que saber identificarlos y dirigirlos de acuerdo a su talento y temperamento únicos.
¿Qué clase de personas conforma tu equipo?
Escribe John Maxwell: “Algunos tienen ideales, pero no equipo; sus sueños nunca se cumplirán. Otros tienen un proyecto pero un mal equipo; su sueño se convertirá en pesadilla. Otros tienen un sueño y están levantando un equipo; su sueño tiene potencial. Y otros tienen visión y un gran equipo; realizar su sueño será algo inevitable.”
Moisés necesitó de Josué; Noemí de Rut.
La idea de que existen personas que se han hecho a sí mismas es una quimera. Sea que lo admitan o no, todos los triunfadores tuvieron a alguien que les ayudó durante el camino. Un paso fundamental para conseguir el éxito es pedir ayuda a otros; aunque sólo lo harás cuando reconozcas que la necesitas. Los siguientes pasos consisten en identificar los puntos fuertes de las personas, comunicarles tu visión de tal forma que quieran ser parte de ella, sacar lo mejor de ellos y recompensarlos.
Según Chris Hodges: “Un sueño es una visión irresistible e imperiosa que se forma en tu corazón y que es demasiado importante para poder llevarla a cabo en solitario.”
Segunda Parte
“…SI LAS FATIGAN… MORIRÁN…” (Génesis 33:13)
Después de reconciliarse con su hermano Esaú, con quien había estado enemistado por mucho tiempo, Jacob acordó acompañarlo a su tierra para celebrarlo.
Esaú, que era bastante apresurado, le pidió: “…Anda, vamos…” (Génesis 33:12). Sin embargo Jacob le respondió: “…Pase ahora mi señor delante de su siervo…” y le explicó: “…Los niños son tiernos, y… tengo ovejas y vacas paridas; si las fatigan, en un día morirán… yo me iré poco a poco al paso del ganado… y al paso de los niños…” (Génesis 33:13-14).
Jacob fue muy sabio, y entendió que si pones demasiada presión y abarcas demasiado, puedes perder no sólo los negocios sino la familia. Hay algo que podemos aprender aquí: en tu búsqueda del éxito, ¡mantén el equilibrio! Tiene que haber tiempo para trabajar y tiempo para descansar; tiempo para tu carrera y tiempo para tus seres queridos.
Las palabras “te tomo por esposo/a para amarte y cuidarte” que se dicen en los votos matrimoniales, confirman que estás casado con tu cónyuge y no con tu trabajo.
El progreso y los cambios no se producen por inercia en tu vida familiar, ni en tu carácter, ni en tu jornada espiritual. Si descuidas algo, eso se deteriora.
El Dr. John Maxwell compartió la siguiente oración con sus amigos en su último cumpleaños: “Señor, al hacerme más mayor quiero que me conozcan por ser considerado, en lugar de muy inteligente; amoroso, en lugar de agudo y brillante; manso, en lugar de poderoso; alguien que escucha, en lugar de un gran orador; disponible, en lugar de trabajador infatigable; sacrificado, en lugar de triunfador; fidedigno, en lugar de famoso; de buena conformidad, en lugar de ambicioso; comedido, en lugar de emocionante; generoso, en lugar de rico; compasivo, en lugar de competente.”
¡Esta debería ser también tu oración!
Fuente: devocionales cristianos
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