Así ha dicho el Señor, que hizo la tierra… Clama a mí, y yo
te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces.
Jeremías 33:3
¿Se
encuentra solo? ¿Solo en medio de una multitud, solo en una pequeña habitación,
en una celda o quizás en un hospital? ¿Solo ante los hombres, ante su mirada y
ante sus preguntas? Solo ante Dios.
Si esta soledad, terrible y desesperante, es la suya, permítanos decirle que hay alguien que lo escucha, lo comprende y desea ayudarle. Alguien que animó a un detenido, el apóstol Pablo, quien reconoció: “Todos me desampararon… Pero el Señor estuvo a mi lado” (2 Timoteo 4:16-17).
Alguien que hace cantar de felicidad a los hombres, incluso en una cárcel (Hechos 16:25).
Ese Alguien es Jesucristo, el Hijo de Dios.
¿Sabía usted que Jesús, el único justo en la tierra, fue condenado a muerte por esos hombres a quienes sólo había hecho el bien?
Dios permitió esta injusticia porque Jesús había venido a la tierra para dar su vida a fin de salvar a los hombres culpables ante Dios.
Que usted sea religioso o no, cualquiera sea su educación, su cultura, su pasado, Jesucristo quiere cambiar su vida ahora. Quiere ser su Salvador y luego su Amigo de todos los días, pase lo que pase.
A partir de hoy háblele sobre todo lo que le aflige: su soledad, su sufrimiento, sus dudas, su vergüenza, su rebeldía, el mal que hizo… Jesucristo mismo le responderá. Puede ser que no haga todo lo que usted quiera, pero le dará mucho más de lo que espera.
“Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
Si esta soledad, terrible y desesperante, es la suya, permítanos decirle que hay alguien que lo escucha, lo comprende y desea ayudarle. Alguien que animó a un detenido, el apóstol Pablo, quien reconoció: “Todos me desampararon… Pero el Señor estuvo a mi lado” (2 Timoteo 4:16-17).
Alguien que hace cantar de felicidad a los hombres, incluso en una cárcel (Hechos 16:25).
Ese Alguien es Jesucristo, el Hijo de Dios.
¿Sabía usted que Jesús, el único justo en la tierra, fue condenado a muerte por esos hombres a quienes sólo había hecho el bien?
Dios permitió esta injusticia porque Jesús había venido a la tierra para dar su vida a fin de salvar a los hombres culpables ante Dios.
Que usted sea religioso o no, cualquiera sea su educación, su cultura, su pasado, Jesucristo quiere cambiar su vida ahora. Quiere ser su Salvador y luego su Amigo de todos los días, pase lo que pase.
A partir de hoy háblele sobre todo lo que le aflige: su soledad, su sufrimiento, sus dudas, su vergüenza, su rebeldía, el mal que hizo… Jesucristo mismo le responderá. Puede ser que no haga todo lo que usted quiera, pero le dará mucho más de lo que espera.
“Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
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