Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo
entenderás después. Juan 13:7
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
Aprendí algo
de mi nieto Alex cuando él tenía ocho años. Mientras comíamos con algunos
estudiantes, charlábamos animadamente sobre problemas de matemáticas. Pero,
¿qué
podía entender mi nieto? Para llamar su atención y recordar su presencia a
nuestros invitados, le pregunté:
–Alex, ¿comprendes de qué hablamos? ¿Sabes qué
son los logaritmos?
–Sí, fue la respuesta. Totalmente asombrado, le pregunté:
–¿Qué son? Confiadamente, Alex me respondió:
–¿Qué son? Confiadamente, Alex me respondió:
–Los logaritmos son las cosas que
aprenderé cuando vaya al instituto.
¡Cuántas cosas nos superan y sobrepasan
nuestra capacidad de comprensión! Como cristiano, mi confianza es que un día
“conoceré como fui conocido” por Dios (1 Corintios 13:12).
¿Por qué hay tantas
desgracias y sufrimientos? ¿Qué responder? Sin duda sé que muchos sufrimientos
son el resultado de que los hombres no respetan las leyes de Dios. Pero, en el
fondo, la respuesta que me parece más honesta, la más lógica, es:
–No lo sé, o al menos por el momento.
–No lo sé, o al menos por el momento.
Esta respuesta no es una dimisión, sino un acto de confianza en Dios.
Hagámonos las buenas preguntas: ¿Qué puedo hacer con mi
tristeza? ¿Cómo puedo emplearla para ser más abierto y amable?
Pidamos a Dios la
fuerza para atravesar los momentos difíciles.
Entonces podremos ayudar y
consolar a los que pasan por pruebas.
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