(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Charlotte
Elliot (1789-1871), después de haber vivido treinta años sin preocupaciones, cayó gravemente enferma. Entregó su vida a Cristo tras haber hablado con el predicador César Malan, quien le dijo: «Vaya a Jesús sencillamente tal como es».
Enferma y postrada gran parte de su vida, vivía en casa de su hermano.
Cierto
día, en 1834, cuando se sentía inútil y acongojada por ser una carga para la
familia, recordó cómo Dios la había acogido. Fue entonces cuando compuso un
poema al cual más tarde se le puso música y se tradujo a varios idiomas. Un día
su hermano dijo: «Durante mi largo ministerio, este simple himno llevó mucho más
fruto que todo lo que pude hacer».
Tal como soy, de pecador,
sin más confianza que tu amor,
ya que me llamas, acudí,
Cordero de Dios, heme aquí.
***
Tal como soy, buscando paz,
en mi desgracia y mal tenaz,
conflicto grande siento en mí,
Cordero de Dios, heme aquí.
***
Tal como soy, con mi maldad,
miseria, pena y ceguedad,
pues hay remedio pleno en ti,
Cordero de Dios, heme aquí.
***
Tal como soy, me acogerás;
perdón, alivio me darás,
pues tu promesa ya creí,
Cordero de Dios, heme aquí.
***
Tal como soy, tu compasión,
vencido ha toda oposición,
ya pertenezco sólo a ti,
Cordero de Dios, heme aquí.
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