La tierra prometida
La
esperanza que os está guardada en los cielos. Colosenses 1:5
Es, pues, la fe la certeza de lo
que se espera. Hebreos 11:1
Se cuenta que un general romano
iba de la Galia a Italia con lo que quedaba de su ejército victorioso. Los
soldados caminaban con mucha dificultad al atravesar los Alpes. Algunos
incluso estaban dispuestos a renunciar a ascender por las rocosas cumbres.
Mientras continuaban escalando pesadamente, la nieve los azotó y los más
intrépidos se desanimaron.
Entonces el victorioso general se subió a una roca
y, señalando el límite de la cumbre, gritó: «¡Soldados! ¡Más allá de esta
línea está Italia!». ¡Oh, Italia! ¡Campos fértiles, maravillosos huertos,
ríos, el hogar… un padre, una madre, una esposa, hijos, una prometida!
Entonces aquellos corazones desalentados cobraron ánimo y los músculos se
fortalecieron. Así la legión atravesó el último obstáculo.
Más allá de esta tierra, después
de muchas pruebas, tenemos la segura esperanza de ir al cielo. ¿Qué significa
el cielo para el creyente? Estar con Jesús para siempre en la perfecta
felicidad. Lo que nos permite ir al cielo no es el hecho de haber atravesado
las dificultades con valentía, sino el don gratuito de Aquel que dijo: “Voy,
pues, a preparar lugar para vosotros… para que donde yo estoy, vosotros
también estéis” (Juan 14:2-3).
Allá el Señor también dará las recompensas que
prometió a los que, por pura gracia, le hayan servido fielmente. ¡Ánimo,
amigo cristiano, algunos pasos más y estará en su casa, la casa del Padre
junto a Jesús!
“De esta manera os será otorgada
amplia y generosa entrada en el reino
eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:11)
FUENTE: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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martes, 16 de septiembre de 2014
La tierra prometida
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