Ya estamos en los Olímpicos y pasó la Eurocopa, dos eventos deportivos que con seguridad van a animar a los pequeños a hacer ejercicio.
A los niños la naturaleza los ha dotado de energía casi ilimitada y un potencial increíble: corren por la calle, suben los escalones de dos en dos, saltan de cojito en el recreo, trepan los árboles, se agachan y reptan bajo las camas y lanzan la pelota lo más lejos que pueden… Parece que su vida entera es un deporte olímpico -y por ende la de papá y mamá, pero eso es de otro tema-.
Así que parece razonable preguntarse si no será la oportunidad de canalizar toda esa actividad de alguna manera. ¿Es el momento de iniciarlos en algún deporte? u de ser así, ¿cuál es el más adecuado para los niños en estas edades?
Apostar por un estilo de vida deportivo es una de las mejores garantías de salud que puedes ofrecerles a tus hijos (y a ti misma). La mayoría de los expertos en la materia coinciden: practicar ejercicio de forma regular desde la infancia es lo más adecuado, no sólo porque es ahora cuando hay que incorporar buenos hábitos para el futuro, sino porque alrededor de los cinco años es cuando sus reflejos y proporción se encuentran ya maduros para iniciarse en algunas modalidades deportivas.
Además ahora se ilusionan con todo: preparar la mochila con el uniforme de deportes, hacer una exhibición para los papis, compartir esas horas con los amigos, etc. Por eso, permitirles escoger el ejercicio que más les entusiasme, dentro de sus posibilidades y las suyas, es garantía de éxito y, por supuesto, de diversión. Según la Organización Mundial de la Salud los niños deberían practicar, al menos, 60 minutos diarios de actividad física. Y aunque es cierto que a esta edad “no paran” (por lo que es bastante fácil que estén en movimiento, incluso más de lo recomendado) y que en el recreo la mayoría de sus juegos implican acción, la práctica de una actividad física organizada tiene beneficios que van mucho más allá del gasto calórico.
Por ejemplo, según el tipo de actividad que practiquen, los peques van aprendiendo esquemas motores (saltar de determinada manera, poner los brazos así o asa para caer, llevar la espalda recta, equilibrarse, etc.) que quedan almacenados en la memoria corporal y contribuyen a hacer de ellos personitas más capaces, autónomas y coordinadas, ahora y en el futuro.
Pero no solo hablamos de beneficios físicos: el ejercicio, sobre todo los deportes que se practican en grupo o en equipo, contribuyen a una mejor regulación emocional y social justo ahora que es cuando más lo van a necesitar, porque su vida social cobra cada vez más importancia.
Seguir loas reglas, superar la timidez, aprender a colaborar y a modular los impulsos propios de esta edad, son algunas de las estupendas lecciones que aprenden los pequeños deportistas.
y por si fuera poco, el ejercicio ayuda a descansar mejor y contribuye a regular el apetito, siendo así más fácil conseguir que los niños lleven una dieta sana, es decir, variada y equilibrada.
El ejercicio físico y una dieta balanceada son el binomio básico para una vida saludable, desde pequeños. Así que… aún dudas en inscribirlo a un deporte?
¿Cuales son los beneficios?
§ Aumenta sus posibilidades motoras, ganando en fuerza, coordinación y autonomía personal.
§ Favorece el crecimiento y desarrollo de huesos y músculos, corrigiendo o evitando posibles defectos físicos y posturales.
§ Mejora su vida social, ayudándole a superar la timidez, a comunicarse con los demás y a cooperar con el equipo.
§ Contribuye a regular sus emociones e impulsos, canalizando la agresividad y el nerviosismo en acciones coordinadas y potenciando el bienestar.
§ Incrementa su autoestima, la responsabilidad sobre sus cosas y la motivación.
§ Potencia la creación y regularización de hábitos de alimentación, sueño e higiene.
FUENTE: Ya Voy Mamá!!
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