miércoles, 1 de enero de 2014

Una respuesta acertada.

Las Promesas de Dios. 
En la terraza de un restaurante, unas familias charlaban. Al ver a una gitana, la llamaron, diciendo: –¡Díganos la buenaventura! –Con mucho gusto, respondió ella sacando un libro de su bolso. Lo necesito para decirles su futuro. Primero voy a decirles quiénes son.

Entonces comenzó a leer: “No hay justo, ni aun uno… Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura… No hay temor de Dios delante de sus ojos(Romanos 3:10-18).

 Éste es su estado actual. En cuanto al futuro veo dos posibilidades:

La primera: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mateo 13:41-42).

La segunda: “Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (Mateo 13:43).

Pero este libro también les muestra cómo escapar al fuego del juicio: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna(Juan 3:16). 
Luego la mujer se fue…

Esos turistas, que querían oír la buenaventura, ¿escucharían y creerían el mensaje de la Biblia?

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