La recibisteis (la palabra de Dios) no como palabra de
hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros
los creyentes. 1 Tesalonicenses 2:13
Siendo renacidos… por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre. 1 Pedro 1:23
En abril del 2002 se encontró, en una sala de archivos del museo Cooper Hewitt, en Nueva York, un dibujo del gran artista Miguel Ángel. En 1942 ese cuadro, de 500 años, había sido comprado en una subasta por una suma irrisoria (60 dólares) y clasificado como una obra de poco valor.
Desde que fue hallada, varios expertos certificaron que esa obra era realmente un auténtico dibujo del célebre artista. Hoy en día ese cuadro vale millones de dólares. Uno de esos expertos afirmó: «Podemos reconocer a un Miguel Ángel al igual que reconocemos a un amigo».
Durante mucho tiempo el valor de ese dibujo fue poco apreciado porque no se sabía quién era su autor. Tal vez usted también posee un tesoro que ignora. Este tesoro es la Biblia. Quizá piense que es un libro importante desde el punto de vista cultural o religioso, como mucho otros.
Esta es su opinión porque usted desconoce o no cree que el verdadero autor de la Biblia es Dios mismo. ¡No reconoció a su autor! La Biblia es un tesoro que vale mucho más que millones de dólares (Salmo 119:72); es el mayor tesoro del mundo porque fue Dios quien inspiró a los escritores de todas las partes de la Biblia.
En ésta se encuentran las inmensas riquezas de su gracia. Lea la Biblia desde este ángulo: es la Palabra de Dios. Es su autor quien le da grandeza, la autenticidad de su mensaje y hace que éste sea vivo y permanente.
Desde que fue hallada, varios expertos certificaron que esa obra era realmente un auténtico dibujo del célebre artista. Hoy en día ese cuadro vale millones de dólares. Uno de esos expertos afirmó: «Podemos reconocer a un Miguel Ángel al igual que reconocemos a un amigo».
Durante mucho tiempo el valor de ese dibujo fue poco apreciado porque no se sabía quién era su autor. Tal vez usted también posee un tesoro que ignora. Este tesoro es la Biblia. Quizá piense que es un libro importante desde el punto de vista cultural o religioso, como mucho otros.
Esta es su opinión porque usted desconoce o no cree que el verdadero autor de la Biblia es Dios mismo. ¡No reconoció a su autor! La Biblia es un tesoro que vale mucho más que millones de dólares (Salmo 119:72); es el mayor tesoro del mundo porque fue Dios quien inspiró a los escritores de todas las partes de la Biblia.
En ésta se encuentran las inmensas riquezas de su gracia. Lea la Biblia desde este ángulo: es la Palabra de Dios. Es su autor quien le da grandeza, la autenticidad de su mensaje y hace que éste sea vivo y permanente.
--------------------------------------------
FUENTE: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
No hay comentarios:
Publicar un comentario