De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
Señor, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste. Isaías 64:8
Señor, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste. Isaías 64:8
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Miguel Ángel
(1475-1564) era un escultor extraordinario. Al fin de su vida todavía tallaba
el mármol con pasión. Este hombre debilitado por los años desplegaba una
energía extraordinaria para sacar sus personajes de un bloque de mármol sin
forma.
Solía afirmar que lo único que hacía era desbastar el bloque de mármol
hasta encontrar la figura que se escondía dentro de él. «Yo sólo quito lo que
estorba», decía. Observando la escultura titulada «El prisionero Atlante»
entendemos un poco mejor lo que quería decir. Realmente nos da la impresión de
que una forma humana espera ser liberada del bloque que la encarcela. La figura
ya existía en la mente del gran escultor que tenía ese don de ver a un
personaje en un bloque de piedra y sacarlo dando golpes con el cincel.Así es como Dios actúa en nuestras vidas. Antes de conocer al Señor, nuestra vida era como un bloque sin forma, insignificante, sin valor alguno. No obstante, Dios nos ve y tiene un proyecto para cada uno de nosotros. Puede hacer de lo que no tiene valor, una persona regenerada, digna, serena, mediante la acción de su Palabra en el corazón. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”.
¿Ha aceptado ponerse en las manos del gran Escultor, a fin de que le dé la vida, la vida eterna? Amigos cristianos, ¿tenemos confianza en él para que nos transforme y así seamos cada vez más como él quiere que seamos, libres y felices en él, humildes y serviciales, amables y sensibles, cada vez más parecidos a él? “Hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19).
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