Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público. Mateo 6:6
Mediante las sencillas palabras del versículo del
encabezamiento, Jesús nos enseña un punto importante y quizás a menudo
descuidado. Se trata de la necesidad de tomarse el tiempo de orar en un lugar
privado, a fin de alejarnos de todo lo que nos distrae. Para muchos de nosotros
la vida cotidiana está llena de actividades, obligaciones, proyectos y
distracciones que llenan rápidamente los espacios de tiempo libre. Debemos aprender
a consagrar un tiempo para Dios en medio del ritmo de nuestras jornadas. Cuanto
más agitada sea nuestra vida, más necesario es detenernos cada día para estar a
solas con el Señor.