Comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era
necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales
sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer
día. Mateo 16:21
(Jesús dijo:) Yo soy el primero y el último; y el que vivo,
y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos. Apocalipsis 1:17-18
¿Hay una
noticia más extraordinaria que la resurrección de Jesucristo de los muertos? La
resurrección de Cristo es una verdad central del cristianismo.
Contrariamente a
las creencias basadas en filosofías o ideologías, el cristianismo está fundado
en un acontecimiento histórico: una tumba vacía y
una persona viva, es decir,
Jesús.
El apóstol Pablo subrayó este aspecto fundamental escribiendo en una
epístola, poco tiempo después de que el Señor estuviese en esta tierra: “Si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados… Si en
esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración
de todos los hombres”, pero luego añade: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los
muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1 Corintios 15:17-20).
No es
sorprendente que a lo largo de los siglos esta verdad haya sido atacada por los
que se oponen a Cristo. Ya desde los tiempos de Jesús la secta de los saduceos
negaba la resurrección de los muertos, pero los ataques se multiplicaron desde
mediados del siglo 19 hasta hoy.
No obstante, si Dios pidió a los hombres que
creyesen en la resurrección de su Hijo, también se encargó de dar numerosas
pruebas de ello. Existen pocos acontecimientos históricos que hayan sido
descritos y confirmados por tantos testigos.
(continuará...)
(continuará...)
Fuente: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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