En la cruz Jesús pronunció siete frases que resumen su
misión en la tierra.
–“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Jesús iba a expiar nuestros pecados en la cruz, pero los que lo crucificaron no lo comprendieron. Lo primero que él hizo fue pedir el perdón de Dios para sus adversarios, pues vino para ellos (Juan 3:17).
–“Mujer, he ahí tu hijo… He ahí tu madre” (Juan19:26-27). Jesús, quien tenía una relación perfecta con su madre María, le recomienda, como a un hijo, a su discípulo Juan. E igualmente confía a Juan el cuidado de María.
–“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Jesús iba a expiar nuestros pecados en la cruz, pero los que lo crucificaron no lo comprendieron. Lo primero que él hizo fue pedir el perdón de Dios para sus adversarios, pues vino para ellos (Juan 3:17).
–“Mujer, he ahí tu hijo… He ahí tu madre” (Juan19:26-27). Jesús, quien tenía una relación perfecta con su madre María, le recomienda, como a un hijo, a su discípulo Juan. E igualmente confía a Juan el cuidado de María.
–“De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). La salvación es inmediata para todos los que reconocen que están perdidos y depositan su confianza en el Señor Jesús.
–“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
(Mateo 27:46; Marcos 15:34). Esta frase clave encierra Su insondable dolor… Fue abandonado por Dios porque llevó nuestros pecados.
–“Tengo sed” (Juan 19:28). En su perfecta humanidad, Jesús expresó su intenso sufrimiento… y cumplió una profecía: “En mi sed me dieron a beber vinagre”
(Salmo 69:21).
–“Consumado es” (Juan 19:30). La deuda de nuestros pecados fue totalmente pagada. Durante esas terribles horas llevó nuestro castigo eterno.
–“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). Jesús, en plena comunión con su Padre, le encomendó su vida. Entró como vencedor en la muerte para salir triunfante por medio de la resurrección.
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